Wednesday, December 07, 2005


(esta columna ha sido publicada en diferido. Desde el domingo pasado Ágata B estuvo en cama, resfriada, pero al fin se levantó y subió su desquite dominical)

PAIS DE NIEVE

Ahora está todo blanco. El blanco es resplandeciente, y se expande desde el cielo a la tierra, proyectando una luz platinada. Es la primera vez que nieva. Anoche me acosté sin chequear weather.com y cuando esta mañana desperté me encontré con que mi patio estaba nevado. Mi gato K también miraba absorto a través de la ventana. Las sillas, la mesa, la hamaca, los tarros de la basura, mi bicicleta, parecían objetos sobrevivientes de la era glacial. Era raro pensar que sólo tres meses atrás la humedad del verano los tenía tintineando tras una capa de aire caliente mientras yo pensaba que nunca dejaría de desaguarme.

Me coloqué mi parca y salí. El aire después de una nevazón es de las cosas por las que vale la pena vivir. En un aire que te cura, mejor que cualquier ravotril (perdón por nombrar la palabra de nuevo!). Estar rodeada de blanco, también te blanquea el alma.

Si la lluvia te sumerge en un estado de melancolía, la nieve es puro presente. Es aquí y ahora. Las huellas que vas dejando al caminar, te hacen pensar que nadie ha pasado por ahí antes que tú. Que eres un visitante de otro planeta en la Tierra. Que no tienes pasado. Que estás aprendiendo a dar tus primeros pasos y no sabes a dónde te van a llevar.

Mientras daba la vuelta alrededor de mi patio me sorprendí sonriendo. K iba atrás mío y las patas le quedaban hundidas por unos segundos en la nieve. Empezamos a correr como dos idiotas. Pensé en todas las cosas que haría ese día de nieve: releer un cuento de Truman Capote llamado “Cierra la última puerta”, comprarme un pain au chocolat en el restaurant francés de la esquina de mi casa, dormir siesta, llamar a mi amigo Stuart y preguntarle cómo está, adornar mi árbol de Navidad con algo que no sean bolitas de colores, y en la noche fumar un poco de marihuana haitiana que tengo, e ir a la cancha de patinaje sobre hielo de Central Park.

Hay tantas cosas que se pueden hacer en un día. Hay tantas maneras de ser feliz haciendo copy/paste de cosas simples que te hacen feliz. Tenía que nevar para darme cuenta.

5 Comments:

Blogger Isa said...

Envidiaaaa... sana obviamente!!
naa más...
Felices Fiestas!!

Viña

Pd: ahhh, sorry, caché tu blog gracias a Nudo Ciego.

9:20 PM  
Anonymous Anonymous said...

claaaaro,
la perla se resfria y uno se queda todo expectante esperando la publicacion semanal. tome mas propoleo y juguito de naranja. y que no le destapen las patitas.

11:08 PM  
Blogger :::v::: said...

le echamos de menos Agata

:::v:::

7:28 AM  
Anonymous Anonymous said...

me gusta la fotooooo!!!!

6:48 PM  
Anonymous Anonymous said...

huella
eso quiero yo dejar mis propias huellas

2:12 PM  

Post a Comment

<< Home